NUEVA JERSEY - El senador de Nueva Jersey Gerald Cardinale, uno de los senadores estatales con más años de servicio, murió a sus 86 años, dijeron miembros de la familia el sábado.
Cardinale, quien sirvió casi cuatro décadas como republicano en el Senado de Nueva Jersey, falleció el sábado en el Centro Médico Hackensack Meridian Health Pascack Valley después de una breve enfermedad que no estaba relacionada con el COVID-19, dijo su hija Marisa.
“Dedicó su vida a servir a su comunidad de Nueva Jersey”, dijo la familia en un comunicado.
El gobernador Phil Murphy dijo que todas las banderas se bajarán a media asta el lunes cuando el Senado regrese a la sesión para honrar a Cardinale.
“El senador Cardinale tuvo un historial de 54 años de servicio público en el estado de Nueva Jersey, esto habla del nivel de confianza que sus electores depositaron en él", dijo el gobernador demócrata en un comunicado.
Cardinale, quien fue dentista durante mucho tiempo del condado de Bergen, formó parte de la junta escolar de Demarest en 1967 y finalmente se convirtió en alcalde en 1975, luego pasó un período en la Asamblea antes de pasar al Senado en 1982.
El líder republicano del Senado, Tom Kean, dijo que el grupo está "profundamente entristecido" por el fallecimiento de Cardinale, llamándolo "una voz de confianza en el Senado durante casi cuatro décadas".
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"Las generaciones de republicanos y demócratas que sirvieron junto a él en la Legislatura fueron guiadas por sus sabios consejos", dijo Kean. "Todos somos mejores legisladores por haber servido con él".
Cardinale, que había estado planeando postularse para la reelección, deja atrás a su esposa, Carole, de 62 años, a sus hijas, Marisa, Christine, Kara, Gary y Nicole, y a sus nietos, Sebastian, Allegra, Tamara y Chloe, dijo la familia. Los arreglos funerarios están pendientes.
El asambleísta Robert Auth, republicano por Bergen, llamó a Cardinale un mentor de generaciones de republicanos y uno de los mejores políticos minoristas que jamás había visto.
“Nunca hubo una mano que no quisiera estrechar, una puerta a la que no quisiera tocar o una estación de tren donde no quisiera saludar a los viajeros con una sonrisa”, dijo Auth.
