A sus 46 años, Cristian Cedeño se ha convertido en la inspiración de todo un país al demostrar que no hay obstáculo insuperable aún sin sus extremidades.
El ecuatoriano narra que, hace once años, ayudaba a un vecino a remodelar el techo de una vivienda cuando sus brazos hicieron contacto con un cable de alta tensión. La potente descarga eléctrica causó que perdiera la mayor parte de ambas extremidades.
Sin embargo, lejos de postrarse y dar por terminada su vida, Cedeño se mudó de La Pradera, en el este de Manta, a la ciudadela Las Cumbres, en el sur de Manta. Quería comenzar de nuevo y abrirse camino por su cuenta.
Recuerda que su sueño era establecer un taller mecánico tras culminar sus estudios en mecánica automotriz en el Servicio Ecuatoriano de Capacitación. En lugar de eso, consiguió empleo lavando barcos en el puerto de Manta hasta que la pandemia del COVID-19 llevó al cierre de su única fuente de ingresos.
Fue así que en octubre pasado, con ayuda de su familia, abrió un lavadero de vehículos. Y su tenacidad rindió frutos cuando un cliente identificado como Víctor Salazar grabó a Cedeño con un cartel de cartón que colgaba de su cuello para anunciar sus servicios.
Salazar compartió el video de Cristian en Facebook, donde su historia conmovió a miles. La publicación original ha tenido más de 165.000 reacciones y ha sido compartida alrededor de 90.000 veces.
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El video de Cedeño no solo le trajo decenas de clientes, también ha servido como una plataforma para exponer su nuevo deseo: prótesis que le permitan realizar sus actividades cotidianas con mayor facilidad, pues aún espera abrir su taller mecánico.