NUEVA YORK – En vísperas de la Navidad, una fiesta que debe celebrarse en compañía de los seres amados, una pequeña de dos años será privada del calor de hogar y de la compañía de sus padres.
La niña, de origen hondureño, fue recluida en un centro de detención de la ciudad de Nueva York tras cruzar la agreste frontera con su padre Hernán Quintanilla.
“Va a ser triste no poderla pasar con mi hija, va a ser bien duro estar alejado de la familia y separado, saber que es la única familia que tengo, estoy separado de ella todavía”, expresó Hernán.
Hace seis meses, el padre fue separado de su hijita de 2 años en la frontera y desde entonces ha luchado para reencontrarse con ella, pero su esfuerzo de celebrar Navidad en familia resultó en vano, pues las autoridades de inmigración le informaron que será hasta las primeras semanas de 2020 cuando podrá volverla a tener en sus brazos.
Quintanilla fue liberado hace dos días de un centro de detención en Arizona tras pagar una fianza.
“Nada más esperando que se arregle porque ya ahora el 29 de este mes (la niña) cumple años y ya pasé mi cumpleaños encerrado, esperando estar con ella y no fui así, no quiero que ella pase su cumpleaños encerrada en ese lugar”, comentó Quintanilla.
El padre recibe ayuda de activistas en nuestra área, quienes luchan por la reunificación de las familias migrantes.
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El padre Fabian Arias, un firme defensor de las familias vulneradas por las endurecidas leyes de inmigración, considera que el problema se agrava.
“Está planificado administrativamente el cómo poder separar y dividir a la familia, el dolor es más profundo”, dijo el líder religioso.
Por eso, en vísperas de la Navidad, las familias separadas y los activistas del área recuerdan que la Sagrada Familia, conformada por María, José y el Niño Dios, buscaba refugio debido a la persecución que sufría.
“Que quiten esas leyes que separan a los padres de sus hijos (…) si les van a dar la oportunidad de quedarse que lo hagan o si los van a devolver que los devuelvan, pero juntos”, clamó Hernán.
“Hay que pedir que transforme los corazones de los que gobiernan este gran país, Estados Unidos, aquellos que tiene poder en sus manos para que pronto haya una reforma migratoria, y que se acabe el dolor de tantas hermanas y hermanos nuestros”, fue la súplica del padre Arias.
