El gobernador Andrew Cuomo anunció que si bien la tasa de infección en todo el estado va en aumento, se vislumbra un alivio para los estadounidenses, no solo con el potencial de la vacuna de Pfizer, sino también con el número cada vez menor de nuevos casos en la zona roja de Brooklyn, una crisis que has sido difícil de resolver para el estado.
Cuomo dijo el lunes que la zona roja en Brooklyn, enmarcada por el clamor de la comunidad judía ortodoxa que estima que sus derechos religiosos fueron infringidos al limitarse las grandes reuniones, será reclasificada como una zona naranja.
“Brooklyn logró avanzar mucho. Hemos reducido la zona roja en un 50% la semana pasada basándonos en el progreso continuo y ahora anunciamos que la zona roja se eliminará por completo y se clasificará como naranja”, dijo Cuomo.
El mandatario informó que la tasa de infección en todo el estado es del 2.8% con 26 muertes el domingo.
Se espera que la vacuna contra el COVID-19 desarrollada por Pfizer alcance una eficacia del 94% el próximo mes, pero hay dudas sobre cómo el Gobierno federal planea distribuir el elixir a través de intereses privados.
“Definitivamente hemos entrado en una nueva fase con el COVID, la temporada de otoño ha traído el esperado aumento de casos que todos los científicos predijeron. Las cifras son innegables en todo el mundo, 10 millones de casos”, dijo Cuomo.
“El Gobierno federal afirma que planea comenzar a enviar en cuestión de días la vacuna de Pfizer para que, cuando esté completamente probada, los estados estén en condiciones de distribuirla. Eso es genial, pero tengo serias dudas sobre la metodología de distribución que anticipa el Gobierno federal. Esta administración siempre se ha equivocado en todo lo que respecta al COVID y ha sido incompetente en su operación así que tenemos que hacerlo bien esta vez", añadió.
Noticias
El envío de la vacuna a los mercados privados a través de farmacias, hospitales y clínicas dejará a las comunidades hispanas y negras en desventaja pese a que fueron las más golpeadas por la enfermedad. Cuomo señaló que estas comunidades carecen de estos servicios, por ende, el acceso sería demasiado limitado, estimó Cuomo.
Aunque el mandatario expresó alivio de que una nueva administración de la Casa Blanca tomará las riendas a finales de enero, Cuomo dijo que los estados estarán en una posición difícil hasta entonces.
El presidente electo Joe Biden parece compartir el sentido de urgencia de Cuomo. En un comunicado emitido el lunes sobre la vacuna de Pfizer, Biden urgió a los estadounidenses a cumplir las restricciones y usar la mascarilla.
“Esta noticia sigue una línea de tiempo que ya había sido anunciada con anterioridad por los funcionarios de la industria, que pronosticaron la aprobación de la vacuna para fines de noviembre. Incluso si eso se logra, y algunos estadounidenses son vacunados a finales de este año, pasarán muchos meses más antes de que haya una vacunación generalizada en el país”, dijo Biden.
“Es por eso que el director de los CDC advirtió este otoño que en el futuro previsible, una mascarilla sigue siendo el arma más potente contra el virus. La noticia de hoy no cambia esta urgente realidad. Los estadounidenses tendrán que depender de la mascarilla, el distanciamiento físico, el rastreo de contactos, el lavado de manos y otras medidas para mantenerse a salvo durante el próximo año. La de hoy es una gran noticia, pero no cambia ese hecho".
Según Pfizer, la vacuna parece funcionar bien con personas jóvenes y de mediana edad, pero los resultados para las personas mayores dejan algunas preguntas sin respuesta. La compañía dijo que buscaría una autorización de uso de emergencia de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para finales de noviembre.
