Las bodegas de la Ciudad de Nueva York, una parte intrínseca del tejido de la ciudad y un salvavidas para muchos neoyorquinos que buscan alimentos básicos durante la pandemia de COVID-19, han sido blanco de un aumento en los delitos en los últimos meses, según un informe de The New York Times.
Desde el cierre total en marzo, las bodegas en toda la ciudad han visto un aumento del 63% en los tiroteos dentro o fuera de las tiendas y un aumento del 222% en los robos de gran cuantía y un aumento del 10% en los robos menores, según los datos de NYPD analizados por el Times.
Los incidentes son parte de una ola de crímenes más grande que impera en la ciudad, la cual abarca un aumento en la violencia con armas de fuego, pues los tiroteos se han duplicado y los asesinatos aumentaron en un 40% desde, según el diario.
Muchas bodegas pertenecen a inmigrantes de bajos ingresos, o bien, los empleados que las administran son inmigrantes. La mayoría no pueden permitirse instalar costosos equipos de seguridad para mayor protección. Los negocios que sirven las 24 horas en vecindarios poco seguros se han vuelto un blanco fácil de los criminales, debido a la poca afluencia de peatones y patrullas.