Los amuletos más populares

Te contamos cuáles son los amuletos para la buena suerte más conocidos y que mejores resultados proveen. ¿Cuál prefieres tú?

¿Quién no usó alguna vez un amuleto para la buena suerte, el mal de ojo, contra las enfermedades, para encontrar pareja, sacar buena nota en un examen, u obtener el empleo deseado?

La mayoría de los amuletos que usamos datan de la antigüedad y han pasado de generación en generación. El trébol de cuatro hojas, por ejemplo, fue utilizado como talismán desde la época de los druidas. Atrae la buena suerte e impide las malas acciones de brujas y espíritus malignos. Se dice que la primera hoja a la izquierda del tallo trae fama, la segunda, riqueza, la tercera, amor y la última, salud.

El trébol de tres hojas también es considerado de buena suerte pero, si tres son buenos, cuatro son más. Si el trébol es encontrado por una joven soltera, se dice que ella se casará con el próximo hombre que se cruce. Este amuleto tomó gran popularidad en el siglo X, cuando surgió una leyenda que decía que Eva, al ser expulsada del paraíso, se había llevado consigo un trébol de cuatro hojas.

La pata de conejo blanco se considera un símbolo de buena suerte y prosperidad. La creencia surgió en Europa. Los celtas creían que el conejo tenía una comunicación especial con los númenes y su fecundidad lo convirtió en símbolo de prosperidad y buena suerte. El hombre antiguo creía que provenía de los animales por lo que cada tribu adoptada a una especie como mascota. De allí surgen muchos amuletos animales.

La herradura como símbolo de protección colgada en el hogar es el más universal de los amuletos de buena fortuna. Aunque se considera un amuleto desde la antigua Grecia, el significado que se le da en la cultura occidental surge de una antigua leyenda nacida en el siglo X, que dice que Dunstan, obispo de Canterburry en el año 959 y herrero de profesión, recibió un día la visita de un extraño cliente que le pidió hacer unas herraduras para sus pies que tenían una forma parecida a las pesuñas. Dunstan reconoció al diablo en el hombre y dijo que, para realizarlas, debía encadenarlo a la pared. Luego, procuró hacer la tarea tan dolorosa que satanás encadenado rogó por misericordia. El herrero se negó a soltarlo hasta que el diablo juró no volver a ingresar en una casa donde hubiera una herradura colgada en la puerta. Desde entonces, las herraduras se convirtieron en un símbolo de protección y comenzó a utilizarse también como picaporte. Se debe colgar en la puerta o en algún lugar central de casa, con las puntas hacia arriba para que no se vaya la buena suerte del hogar.

La cruz es usada contra el mal de ojos y brinda alegría a las personas con tristeza o melancolía. Su origen es muy antiguo pero el significado actual se relaciona con la crucifixión de Jesucristo. Existen muchos tipos de cruces pero la que representa a la Iglesia Católica (una línea vertical atravesada por una horizontal) es la más conocida.

El escarabajo es otro de los amuletos de la buena suerte y protección. La creencia de los egipcios era que esta especie carecía de hembras y que los machos podían reproducirse solos. Es una analogía que representa la inmortalidad del alma en el ciclo de la reencarnación. Así en tiempos remotos se consideraba que tenía la propiedad de resucitar a los muertos y de ahí la tradición de proporcionar una larga vida. Los más famosos y utilizados son los escarabajos de color azul, color del cielo de lo inmaterial que se caracteriza por su efecto calmante.

El elefante es uno de los amuletos más conocidos y utilizados ¿quién no se comprado o le han traído de sus viajes un elefante de madera o marfil? Se le considera guardián de las casas. La creencia es que con su trompa ayudaba a eliminar obstáculos. Antes de cualquier viaje o empresa difícil es recomendable encomendarse a Ganesh, para que todo llegue a buen fin.

Los atrapasueños o cazador de sueños pertenecen a la cultura del pueblo indígena americano Ojibwas, ellos lo llamaban Bawaadjigan; originalmente se confeccionaban atando hebras en un aro de madera con el resultado final de una red con un agujero en el centro y plumas colgando. Según la creencia popular filtran los sueños, así, los buenos sueños quedan atrapados en la red, y descienden a través de las plumas, mientras que los malos sueños escapan a través del agujero central y desaparecen. Los atrapasueños son habitualmente colgados en la cabecera de la cama de los niños para protegerles de las pesadillas.

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