De chico “tímido” a prodigiosa cantante mexicana

MÉXICO - Con una voz prodigiosa y sorprendente, la cantante transexual Morganna Love rompe paradigmas en mil pedazos: cambió de género cercana a los 30 años, nada entre la lírica y el pop como pez en el agua, protagoniza documentales y sueña con ganar importantes premios.

"Quiero ganar un Óscar y un Grammy. Quiero hacer muchísimas películas, muchísimos discos, e irme de gira por el mundo con mi música y producciones grandiosas. Quiero decir a la gente que se pueden cumplir los sueños", dice a Efe Morganna, a punto de presentar su debut musical, "Dos vidas en una".

Detrás de un indudable talento, un físico imponente y una simpatía contagiosa, Morganna esconde una vida asombrosa.

Nació en San Miguel de Allende, un municipio del conservador estado de Guanajuato, en una familia de clase media-baja.

A los cuatro años empezó a cantar y fue solista del coro de su colegio de monjas. A los siete años imitaba constantemente a estrellas como Thalía y tuvo su primer choque contra el género.

"Un día desperté y dije: 'Quiero ser como mi mamá, quiero verme como las estrellas de la televisión'. Y me empecé a maquillar", recuerda. Fue entonces cuando Saúl, así se llamaba de pequeño, padeció rechazo familiar.

Recuerda ese momento como un punto de inflexión: "Me parecía muy normal hacer lo que hacían las niñas, pero no para la sociedad. Empecé a pensar que algo no estaba bien".

Esta tristeza creció con los años, pues al llegar a la adolescencia no le cambió la voz y los "choques" con la sociedad fueron mayores. "La secundaria fue la etapa más violenta en cuanto a 'bullying' se refiere. Llegaba todos los días a casa llorando", afirma.

La artista, que recientemente estrenó la canción "Te amo", le pedía "a Dios todos los días que me cambiara de cuerpo".

En esa convulsa adolescencia Morganna afirma que no tuvo "paz mental", e incluso intentó mutilarse sus genitales.

Pese a su realidad, que aboca a jóvenes del colectivo a la depresión, siguió estudiando y entró a la Escuela de Música de la Universidad de Guanajuato y al Conservatorio Nacional de Música en Ciudad de México.

"Era una oportunidad de oro, pues había escasas voces en el mundo como la mía. Me decían que tendría una gran carrera como contratenor", recuerda la cantante, que a los 25 años salió del armario comopr chico gay.

A los 29 años, poco antes de acabar la carrera, empezó la transición.

"Trabajaba en una compañía de ópera cuando me di cuenta que no podía seguir esta farsa", afirma Morganna, quien llegó a actuar en el insigne Palacio de Bellas Artes capitalino.

Tras buscar ayuda profesional, empezó a vivir como siempre deseó, aunque el proceso duró cuatro años y no contó con apoyo familiar.

"Me cambió el carácter y la seguridad. Saúl era un chico muy tímido y muy introvertido", afirma la también autora del libro "En el cuerpo correcto".

Fue al rondar los 30 años cuando empezó la terapia hormonal y, paralelamente, una nueva carrera artística en la que quiso adentrarse a los derroteros del pop, sin abandonar la ópera.

Trabajó de cantante en clubes y empezó también a buscar una cirugía de reasignación de sexo.

Para lograr el dinero necesario para el cambio de sexo viajó hasta Tailandia en 2012 para concursar en un certamen de belleza trans representando a México.

"El mejor doctor del mundo vivía en Bangkok", rememora Morganna, que no llegó a ganar pero conquistó su sueño. Toda esta peripecia quedó deliciosamente retratada en el documental "Made in Bangkok" (2015) de Flavio Florencio, que acercó los reflectores a Morganna.

Desde entonces, sus planes de trabajo, y su ambición, no han dejado de crecer.

El cortometraje de ficción "Oasis", en que participó, acaba de ganar un Ariel, el máximo galardón de cine en México, y recientemente filmó su primer largometraje, titulado "Sirena".

Sostiene que no hay que "renunciar a los sueños" y advierte que aunque a veces "uno se tarda muchísimo en cumplirlos, si te das por vencido, si vas por un camino más fácil, te puedes encontrar con un día a día lleno de mediocridad".

Pese a su dulce momento, Morganna subraya que México tiene todavía muchas deudas pendientes con la diversidad sexual.

Ella perdió tres amigas transexuales, víctimas de un país que acumula 381 asesinatos de miembros del colectivo lésbico, gay, bisexual y transexual (LGBT) en los últimos cinco años, 209 de ellos contra personas trans.

Coqueta, Morganna rechaza dar su edad exacta. "Dicen que las brujas no tenemos edad", bromea en referencia a su nombre.

Cuestionada sobre el amor, invita a derribar prejuicios. "Si como hombre heterosexual sales públicamente con una mujer públicamente trans, la gente se te va encima. Y no todos los hombres tienen agallas", concluye.

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