TOKIO - La carrera de los 100 metros en los Juegos Olímpicos es el evento que convierte a los velocistas en reyes: Jesse Owens, Carl Lewis, Usain Bolt.
La carrera que ha definido durante mucho tiempo a la realeza olímpica fue para un italiano nacido en El Paso (Texas) que no había superado la marca de los 10 segundos hasta este año.
Es un joven de 26 años cuyos mejores días antes de esto llegaron en el salto de longitud. Es un hombre que ni siquiera el corredor del siguiente carril conocía.
En los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020, Lamont Marcell Jacobs es el hombre más rápido del mundo.
"Creo que necesito cuatro o cinco años para darme cuenta y comprender lo que está sucediendo", dijo Jacobs.
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El italiano cruzó la línea en 9.8 segundos el domingo por la noche para capturar la primera medalla de 100 metros para el país más conocido por su destreza futbolística. Pietro Mennea ganó los 200 en los Juegos Olímpicos de 1980 en Moscú y Livio Berruti ganó esa carrera en los Juegos de 1960 en Roma.
Una sorpresa que pocos se esperaban
Si alguien hubiera apostado por él la semana pasada se habría hecho rico. Su nombre no figuraba en ningún pronóstico, pero es evidente que la retirada del astro jamaicano ha dejado un panorama revuelto, sin una jerarquía clara, en la velocidad masculina.
Jacobs, cuyo padre es estadounidense y madre es italiana, es residente en Italia desde los cinco años.
El estadounidense Justin Gatlin, que con 35 años sucedió a Bolt como campeón mundial en Londres 2017, ha desaparecido de la escena, y su compatriota Christian Coleman, que fue campeón dos años después en Doha, está suspendido por no estar localizable para controles de dopaje.
Para colmo de sorpresas, el más veloz del año, el norteamericano Trayvon Bromell, cayó aquí en semifinales por una milésima.
El cotarro estaba muy revuelto minutos antes de la final porque cualquiera de los ocho que se alineaban en la salida se consideraba, en su fuero interno, capacitado para ganar la medalla de oro en la prueba reina de los Juegos.
Jacobs venía avisando desde la primera ronda, rebajando su marca cada vez que intervenía: 9.94, récord de Italia, en su primera carrera; 9,84, récord de Europa, en semifinales.
Con tales credenciales no era descabellado pensar en grande. "Crazy" Jacobs, casado y con dos hijos, partió con decisión, sin nada que perder, y se encontró con una medalla de oro inesperada envuelta en un nuevo record: 9.80. Una completa exhibición, para quitarse el sombrero.
Entrenado por Paolo Camossi desde 2015, Jacobs estuvo a punto de elegir el baloncesto, el deporte que siempre ha practicado su padre, miembro del ejército estadounidense, pero se inclinó por el atletismo y su elección no pudo ser mas acertada.
Hace dos años, en los Mundiales de Doha, ni siquiera pudo estar en la final. cayó en semifinales con una marca de 10.20, pero la pandemia, lejos de perjudicar su progresión deportiva, le ha disparado al primer puesto del escalafón.
Amante de la Fórmula 1 y admirador del campeón del mundo, el británico Lewis Hamilton, Jacobs es ahora el nuevo bólido del atletismo mundial.
El récord mundial de Bolt es 9.58.
Antes del domingo, la mejor marca personal de Jacobs era de 9.95.