América Latina estancada en la lucha contra la desnutrición

La seguridad alimentaria y nutricional en América Latina está estancada o al menos, no ha mejorado: unos 34 millones de personas siguen sufriendo de subnutrición, el 47,7 % de los niños menores de 5 años padece anemia y el 49,8 %, aproximadamente 1,3 millones, tiene desnutrición crónica.

Las cifras "no han variado ostensiblemente en la región, siguen siendo las mismas y siguen siendo preocupantes", reconoce en una entrevista con Efe en Guatemala el director regional para América Latina del Programa Mundial de Alimentos (PMA), el peruano Miguel Barreto.

América Latina y el Caribe produce suficientes alimentos para satisfacer las necesidades de todos sus habitantes, pero el problema central de la inseguridad alimentaria sigue siendo el mismo: la falta de acceso a los nutrientes, una dieta poco variada, la alta vulnerabilidad a los desastres naturales y la desigualdad social.

Con el verbo educar enraizado en su discurso, Barreto, consciente de que es necesario revertir esta situación, aboga por afrontar unas situaciones que ya son "casi cotidianas" con políticas públicas y programas orientados al cambio de hábitos alimenticios: "No todos aquellos que dejan de ser pobres extremos comen mejor".

Es decir, no hay una relación directa entre la reducción de la pobreza y la mejora de la seguridad alimentaria de la población, por lo que hay que invertir en "educación nutricional" y promoción de productos con niveles de micronutrientes que suplan las carencias de la dieta local de las poblaciones más vulnerables.

En Guatemala, por ejemplo, la "dieta estática" está basada en maíz, fríjol, algún vegetal y, "de vez en cuando", un huevo. Es necesario acercar productos ricos en fosfato o hierro "sin impactar en el coste de la canasta básica", abunda.

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