México: Papa saca a la luz crisis de indígenas

Representantes de diversas etnias de Chiapas comerán el lunes con el papa Francisco

Ocho indígenas fueron elegidos para acompañar al papa Francisco en una comida el lunes en el mexicano estado de Chiapas, en una acción que los representantes de las etnias ven como una oportunidad para relatar al pontífice los problemas que viven sus comunidades.

La primera reacción de Victoria Ruiz González, mujer tzotzil que participará en la comida que se llevará a cabo en la localidad de San Cristóbal de las Casas, fue de asombro.

"No lo creía, pensé que era una broma, que era imposible. Habiendo personas importantes, obispos, religiosos... el papa dijo que quería a personas indígenas", explica Ruiz, quien vive en la localidad de San Cayetano, en el municipio de El Bosque.

Fue elegida por la coordinación diocesana de pastoral juvenil y dice que quiere aprovechar esta oportunidad para hablar a Francisco de todo lo que están "viviendo como indígenas".

"La verdad, se está haciendo bien difícil, porque hay mucha desaparición forzada", considera Ruiz, quien extiende esta "preocupante" situación al resto de la geografía mexicana, poniendo como ejemplo la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, en el estado de Guerrero, en 2014.

De igual forma, denuncia que los indígenas tienen que "pagar" por sus tierras.

En Chiapas, estas comunidades sufren múltiples problemáticas, en las que en ocasiones llegan a enfrentar amenazas y desplazamientos forzados.

Nuevas situaciones como la construcción de la autopista San Cristóbal-Palenque o de la presa Chicoasen II amenazan los asentamientos de las comunidades y el ecosistema.

"El Gobierno nos trata de una forma como si fuéramos animales, porque la verdad no nos toman en cuenta y somos humanos también", señala la coordinadora de jóvenes.

Asegura que le gustaría que los jóvenes "tuvieran conciencia y llegaran a creer lo que el Gobierno les está haciendo", y pedirá al papa que le ayude en esta tarea y que "ore mucho" por las comunidades.

La comida con los representantes indígenas se desarrollará tras una misa con las comunidades en la que se conjugarán diferentes lenguas para los textos y los cantos.

Junto a Ruiz también estarán un sacerdote, una religiosa, un seminarista, dos catequistas y un diácono junto con su esposa.

Los alimentos que tomarán ese día serán "sencillos", como pidió el papa, y para beber se servirá agua, según informó el obispo de San Cristóbal, Felipe Arizmendi.

La comida será preparada por la hermana del obispo, María Socorro Arizmendi, quien cuenta que el menú incluirá arroz blanco, pollo, champiñones y fruta.

"A él le gusta mucho la leche quemada que en México llamamos cajeta y se la voy a ofrecer, yo misma le voy a servir su comida y ese momento jamás lo voy a olvidar", confiesa.

"Por primera vez nos visita un papa que nos acoge con los brazos abiertos, siento que es una persona increíble, especial, que se preocupa por todos", opina Ruiz, quien muestra sus nervios por el encuentro.

Sostiene que la visita de Francisco les dará apoyos para su causa, lo cual les hace falta porque no tienen "con qué hacer".

"Él es el vicario de Cristo, sé muy bien que va a estar a favor de nosotros, yo confío en él", concluye la joven.

En sus primeros discursos en suelo mexicano, el papa recordó el sábado que "los indígenas de México aún esperan que se les reconozcan efectivamente la riqueza de su contribución".

Destacó "la fecundidad" de la presencia de las comunidades indígenas y su importancia para dar a México "aquella identidad que les convierte en una nación única y no solamente una entre otras".

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