Estados Unidos

Crisis de menores migrantes se trasladó al sur

La crisis humanitaria de 2014, cuando a Estados Unidos llegó una ola de migrantes indocumentados, en especial niños no acompañados, "nunca fue resuelta", sino que "se empujó hacia el sur", advirtió un informe presentado hoy por International Crisis Group.

En el año fiscal 2015, México repatrió a 166.000 centroamericanos, entre ellos a unos 30.000 niños y adolescentes, mientras que EE.UU. deportó a más de 75.000, pero, señaló el documento, la capacidad del Gobierno mexicano de controlar el flujo de migrantes y refugiados está "llegando a su límite".

Para muchos, México es un destino final y no solo el país que cruzan en tránsito, y esto se demuestra con el dato de que las solicitudes de asilo aumentaron a más del doble, "forzando al límite su capacidad de procesarlas de forma justa y eficaz".

"Si bien la tasa de aceptación ha aumentado en 2016, sigue siendo insuficiente para proteger a los hombres, mujeres y niños cuyas vidas y formas de vida se ven amenazadas para proteger" a esas personas intimidadas por los criminales que dominan muchas comunidades empobrecidas.

En este contexto, México y Estados Unidos siguen actuando como si "la crisis de refugiados" provocada por la violencia aún se tratara exclusivamente de un problema de migración económica, cuando muchas de las personas son víctimas de la privación económica y la exclusión social.

"El desplazamiento forzado es cada vez más generalizado, mientras que la violencia está alcanzando niveles propios de una guerra civil", arguyó el documento "Presa fácil: violencia criminal y migración en Centroamérica", al mencionar que desde 2006 han sido asesinadas más de 150.000 personas, lo que supone una media de más de 50 homicidios por 100.000 habitantes solo en el Triángulo Norte.

La llegada en el verano de 2014 de miles de niños indocumentados a EE.UU. coincidió con la proclamación por el Gobierno mexicano en julio de 2014 del plan "Frontera Sur" que ha provocado un aumento de las deportaciones de centroamericanos que llegan a la frontera del sur de México, según un análisis del pasado año de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, en inglés).

Por tanto, la llegada de niños indocumentados a EE.UU. durante este verano es diferente a la de 2014 porque se produce en diferentes circunstancias y con un plan que, entre otras cosas, ha dificultado que los indocumentados crucen México en el peligroso tren de mercancías apodado "La Bestia".

Según los datos del Departamento de Seguridad Nacional, en este año fiscal (del 1 de octubre de 2015 al 30 de septiembre de 2016), la mayor parte de los niños que cruzaron la frontera venían de Guatemala (13.755), seguidos por los originarios de El Salvador (12.800), México (8.978) y Honduras (7.058).

Asimismo, este año fiscal, 26.195 menores cruzaron la frontera a través de la zona del Valle del Río Grande (sur de Texas), lugar que atravesaron 15.607 niños en el año fiscal 2015 y otros 42.146 en 2014, cuando un mayor número de indocumentados usaron este cruce.

Para hacer frente a la violencia y falta de oportunidades que provoca la inmigración, el pasado febrero, el presidente de EE.UU., Barack Obama, solicitó al Congreso una partida de 750 millones de dólares de ayuda a Centroamérica dentro del presupuesto de 50.100 millones para el año fiscal 2017.

Esos 750 millones se sumarían a los otros 750 millones aprobados por el Congreso en diciembre pasado para afianzar el fortalecimiento institucional de los países de origen del mayor grueso de indocumentados, Guatemala, El Salvador y Honduras.

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