Republicanos: en jaque por juego de inmigrantes

AUSTIN, Texas -- Cuando un grupo de jóvenes conservadores de Texas anunció el juego "atrapa al inmigrante ilegal" esperaban las críticas de la izquierda, la sorpresa vino cuando otros republicanos de Texas los denunciaron o se mantuvieron notablemente silenciosos. Quizá ningún incidente ilustra mejor la manera en que el Partido Republicano trata de mitigar sus políticas migratorias para ganar votos de los hispanos. El dilema no pudo ser más claro cuando la semana pasada varios candidatos republicanos a las elecciones de 2014 hicieron campaña en la encuesta por internet que promovió el grupo Jóvenes Conservadores de Texas, mientras trataban de marcar distancia del juego patrocinado por el capítulo de ese grupo en la Universidad de Texas en Austin. El juego, que se ha practicado en muchos otros campus en Estados Unidos al menos desde 2005, recompensa a los estudiantes que capturan a uno de los miembros del grupo que porta un cartel que los identifica como "inmigrantes ilegales". El juego programado para el martes pasado se canceló luego de que autoridades de la universidad advirtieran que violaba su código de honor, pero la publicidad dio a los demócratas otra oportunidad para mostrar a los republicanos como insensibles frente a los temas de los latinos. "Por un lado dicen que quieren el voto de la comunidad latina y al mismo tiempo piden el respaldo de extremistas antiinmigrantes", dijo Gilberto Hinojosa, director del Partido Demócrata en Texas. Entre los que han criticado al juego por el bando republicano están el fiscal general de Texas, Greg Abbott, cuyo vocero en la campaña por la gubernatura del estado dijo que se trata de "un esfuerzo repugnante". Abbott no participó en la encuesta en línea pero quedó muy delante. Bob Quasius, presidente de un grupo de latinos llamado Republicanos café con leche, dijo que la otra organización es "estúpida" ya que dio elementos a los republicanos para vincular a los conservadores con los grupos antiinmigrantes. Lorenzo García, el dirigente de Jóvenes Conservadores de Texas en la Universidad de Texas en Austin reconoció que el juego fue "un exceso" pero tenía como objetivo iniciar un debate sobre un tema importante a nivel nacional. "Estoy sorprendido por el alboroto que se formó y los ataques personales en mi contra", dijo García en un comunicado una vez que se anunció la cancelación del juego.

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