¿Qué pasaría si Mitt Romney fuera presidente?

Es difícil predecir cual será la política de Romney sobre el tema migratorio porque desde que inició su campaña por la Casa Blanca ha cambiado de posición en repetidas oportunidades.

Primero estuvo de acuerdo con la reforma que propuso el presidente George W. Bush. Después cambió radicalmente de posición y declaró que la ley de Arizona debería ser "un modelo" para una reforma migratoria en el país. Anunció que vetaría el Dream Act, que desconocería la “Acción Diferida” y que apoya la “Autodeportación” como un buen alumno de su asesor el anti-inmigrante, Kris Kobach, autor de la ley de Arizona. Durante el debate del martes en Nueva York, Romney reiteró su oposición a otorgar una vía de "amnistía" a los 11 millones de inmigrantes indocumentados y aseguró que de llegar a la Casa Blanca les impediría obtener licencias de manejar. Romney apoya la llamada "autodeportación" de los indocumentados. Que consiste en hacerle la vida imposible a los indocumentados para que se vayan del país voluntariamente. Sin licencia de manejar, sin la posibilidad de obtener un trabajo, ni educar a sus hijos o tener acceso a los servicios de salud y bajo la amenaza policial del programa de "Comunidades Seguras" una familia no puede vivir. Entonces las familias se van. Asi de fácil. En la practica el plan de Romney es irreal y tendría graves consecuencias sociales. Los indocumentados nos son un grupo aislado de la comunidad Latina. Están integrados y en una misma familia pueden haber ciudadanos, residente e indocumentados. En realidad lo que va pasar es que el indocumentado se convierta en una subclase, explotado y constantemente acosado por la ley. Ante una pregunta formulada al ex gobernador de Massachusetts sobre qué hará con los inmigrantes sin autorización de permanencia legal, el candidato republicano se mostró a favor de que algunos hijos de inmigrantes indocumentados tengan una vía para legalizar sus permanencias y conseguir la residencia permanente. Pero no hay garantías de que así sea. Romney ha dicho que el Dream Act es una "limosna". Lo cierto es las deportaciones estarán a la orden del día. Por más que el candidato republicano lo niegue, en la práctica así será, porque millones de personas vivirán en peligro. Por ejemplo: muchos usaran sus autos sin licencia de manejo cuando tengan una emergencia familiar a media noche o simplemente tienen que ir a trabajar en lugares donde no hay transporte público, y pueden tener un accidente de transito que los llevará a la deportación. Tampoco tienen que tener antecedente criminales. Como ocurre en la actualidad, si un trabajador usó un seguro social falso o mintió en un documento federal eso le puede costar una acusación de criminal y ser igualmente deportado. Es pues un tecnicismo burocrático que le permite al ICE cumplir con la cuota de los 300,000 deportados que le exige la Casa Blanca cada año y que se refleja en los record de deportaciones durante el gobierno del Presidente Obama. Ese mismo sistema policial lo heredaría Romney y estoy seguro que se intensificaría aun más. Cabe destacar que muchos abogados de inmigración afirman que habrían alrededor de 25 millones de indocumentados y no 11 como afirma el gobierno. De ser así estamos hablando de una verdadera tragedia social. Romney, que en enero anunció que impulsaría un plan de autodeportaciones y que vetaría el Dream Act (que de ser aprobado por el Congreso legalizaría la estadía de miles de jóvenes indocumentados que ingresaron siendo niños a Estados Unidos), el martes dijo en el escenario de la Universidad de Hofstra que tarjeta verde para aquellos que sirvieran en las Fuerzas Armadas. The Associated press anotó que durante el debate Romney se refirió varias veces a los inmigrantes como "ilegales", mientras que Obama los llamó "indocumentados". Para que sea aprobada una reforma migratoria se necesitan 218 votos en la Cámara de Representantes y 60 en el Senado. En la actualidad los republicamos controlan la cámara baja y los demócratas la cámara alta sólo por un voto. Si los demócratas no vuelven a controlar ambas cámaras luego de la elección de noviembre, nada indica que los republicanos vayan a cambiar de parecer y abandonar la resistencia por una vía para la legalización de los millones de indocumentados.

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