LOS ÁNGELES (California) - Con la ilusión de alcanzar el sueño americano, muchas personas comienzan una aventura llena de amargura que solo ellos y “La Bestia” pueden relatar. La Bestia, es como se le conoce a un tren en México que transporta mercancía desde el sur de ese país, hasta ciudades fronterizas con Estados Unidos. Lo que pocos saben, es que además lleva a personas desesperadas por un futuro mejor. Estadísticas indican que cada año, son millones de inmigrantes los que se montan al “lomo de acero” de la bestia, y según relatan imágenes, como las del fotógrafo Keith Dannemiller, la tarea de hacerlo no es fácil. En su travesía al tratar de capturar en cámara los momentos que cada persona vive en este viaje, Dannemiller vio como muchos inmigrantes no logran sobrevivir en este tren que no tiene ventanas, asientos, ni techos de protección, lo cual hace más difícil la sobrevivencia de cada persona. Muchos también son víctimas de robos, secuestros, violaciones y torturas, por parte de aquellos que se dedican a cometer delitos en este camino popular entre inmigrantes. Alejandro Solalinde, fundador del albergue Hermanos del Camino de Ixtepec y activista mexicano, describe de manera clara la situación de los migrantes que se aventuran a cruzar por tierras mexicanas: “El migrante es una mercancía sometida a extorsiones, robos y secuestros durante el camino. A algunos los matan, otros tienen la suerte de caer en blando y solo resultan heridos, otros son mutilados". A pesar de los riesgos que este viaje presenta para muchas personas, miles de niños y jóvenes no se salvan de estar en la lista. Agentes de la patrulla fronteriza de Estados Unidos, declararon que en el 2011 alrededor de 6,800 menores fueron arrestados, al tratar de cruzar la frontera sin documentos. En el 2012 las cifras aumentaron a 13,000 y en el 2013 se duplicó a 24,000. Reportes también indican que la mayoría de personas que viven esta travesía, vienen huyendo de la pobreza y violencia que se vive en países centroamericanos como Guatemala, El Salvador y Honduras. Aunque la mayoría de personas están conscientes de los riesgos que corren al subirse a “La Bestia”, sus deseos por lograr el sueño americano, son más grandes que cualquier otra cosa.
