Trump dice que las “fronteras abiertas” cuestan vidas

El magnate arremetió contra el ex Secretario de Defensa que describió al candidato republicano como "sin remedio" en materia de seguridad nacional.

HOUSTON - Donald Trump, que ha hecho de una política estricta ante la inmigración una pieza central de su campaña a la presidencia, aseguró el sábado que "no se perderá ni una sola vida estadounidense más en nombre de las fronteras abiertas".

"En todo este país, hay mesas de comedor con un asiento vacío porque el gobierno abandonó su deber y no ha aplicado sus leyes elementales", dijo el candidato republicano en un encuentro del Remembrance Project, un grupo fundado para recordar a personas muertas a manos de personas que vivían en Estados Unidos sin permiso de residencia, que hace presión en favor de leyes más duras. "Esto tiene que terminar. Esto terminará si yo me convierto en presidente", afirmó el empresario.

Dos docenas de miembros de la organización se sentaron detrás del magnate mientras hablaba y varios contaron sus historias, a menudo espantosas, sobre cómo habían muerto sus seres queridos. Trump ha aparecido con miembros del grupo en varias ocasiones, como el mes pasado cuando presentó su política migratoria con un discurso en Arizona. El sábado prometió seguir "poniendo en el escenario nacional" el trabajo del grupo.

"Los políticos ignoran sus llantos, pero yo nunca lo haré", dijo Trump.

Maria Espinoza, fundadora del grupo e hija de un inmigrante mexicano, elogió la postura de Trump. Pero el grupo, con sede en Houston, se ha visto cuestionado por algunas de sus declaraciones, como la afirmación falsa de Espinoza de que 25 estadounidenses mueren al día a manos de inmigrantes que viven en Estados Unidos sin permiso de residencia.

Hace tiempo que Trump se muestra duro en materia migratoria. El año pasado inició su campaña describiendo a México como una fuente de violadores y delincuentes, y prometió construir un muro impenetrable en la frontera sureña del país. No ha propuesto una vía legal para que las personas que viven en el país sin permiso legalicen su situación, aunque se ha retractado de su reclamación inicial de deportaciones masivas de millones de personas que no han cometido delitos más allá de sus infracciones migratorias.

Sin embargo, también ha rechazado lo que describe como "amnistía", afirmando que aquellos que quieran vivir en Estados Unidos de forma legal tendrán que marcharse y esperar a entrar de nuevo desde sus países de origen.

Más tarde el sábado, Trump arremetió contra el ex Secretario de Defensa que describió al candidato republicano como "sin remedio" en materia de seguridad nacional.

Robert Gates, que ocupó el puesto bajo presidentes de los dos grandes partidos, escribió el sábado en el Wall Street Journal que Trump está "obstinadamente desinformado" sobre el mundo. En un mitin en Colorado Springs, Colorado, Trump llamó a Gates "un absoluto payaso", insinuó que "probablemente tenga un problema que no conocemos" y después afirmó que él sería "mucho mejor en lo que hace" que el ex Secretario.

Sin embargo, Trump no aludió el sábado a ninguna de las polémicas que dominaban la escena política el día anterior: no se refirió a su decisión de reconocer por fin que el presidente, Barack Obama, nació en Estados Unidos, ni tampoco su llamada a que los agentes del servicio secreto que escoltan a Hillary Clinton vayan desarmados y "veremos qué pasa" entonces.

El compañero de fórmula de Trump, el gobernador de Indiana Mike Pence, publicó el sábado una carta de dos páginas en la que su médico declaraba su "excelente" estado de salud, resumiendo su historial médico y los resultados de un chequeo en julio. Pence, de 57 años, publicó la misiva después de que también Hillary Clinton y su compañero de campaña, Tim Kaine, divulgaran algunos datos de su historial médico. La salud de los candidatos quedó sobre la mesa después de que Clinton se tambaleara en un acto de recuerdo por los atentados el 11 de septiembre de 2001 y más tarde revelara que se le había diagnosticado una neumonía.

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