Otra embajada en llamas

BERLIN - Las manifestaciones de furia en contra de una película que denigra el islamismo alcanzaron el viernes su máxima extensión por todo el Medio Oriente y varios países musulmanes, luego que una turba allanó la embajada alemana en la capital de Sudán y la Policía lanzó gases lacrimógenos en Egipto y Yemen, donde se enfrentó con los manifestantes para alejarlos de las sedes diplomáticas de Estados Unidos.

Varios cientos de manifestantes sudaneses allanaron la embajada en la capital sudanesa de Jartúm, donde quemaron un automóvil y botes de basura. Después el gobierno alemán confirmó que la sede diplomática fue allanada e incendiada parcialmente.

El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Guido Westerwelle, dijo a reporteros en Berlín que la embajada estaba "parcialmente en llamas", pero agregó: "Afortunadamente... los empleados están a salvo".

Dijo que los manifestantes al parecer protestaban en contra de una película producida en Estados Unidos que critica al islam y denigra al profeta Mahoma.

"Exijo a las autoridades sudanesas que garanticen inmediatamente la seguridad de la embajada alemana. Condeno este video de intolerancia hacia el islamismo, pero no puede ser utilizado como una justificación para el estallido de la violencia. Esta violencia debe cesar de inmediato", agregó.

La Policía sudanesa arrojó gases lacrimógenos y obligó a la muchedumbre a salir de la sede.

La mayor parte de los manifestantes se dispersaron, pero un grupo se dirigió a seguir sus protestas frente a la embajada británica, que se encuentra cerca de allí.

Los disturbios ocurrieron después que un clérigo musulmán exhortó a protestar el viernes tras las oraciones semanales en la capital contra la película.

En Sudán, un jeque prominente que habló en la radio estatal instó a los manifestantes a marchar hacia la embajada de Alemania para protestar contra grafitos antimusulmanes que supuestamente fueron escritos en mezquitas de Berlín y después a la embajada de Estados Unidos en protesta por la película.

"Estados Unidos ha sido desde hace mucho tiempo un enemigo del islamismo y de Sudán", dijo el jeque Mohamed Jizouly.

Decenas de protestas se extendieron el viernes por el mundo musulmán con relación a la película.

En la ciudad norteña libanesa de Trípoli hubo enfrentamientos con las fuerzas de seguridad y un manifestante murió, después de que una turba prendió fuego a dos restaurantes de comida rápida de las cadenas estadounidenses KFC y Arby's.

Los manifestantes lanzaron piedras y botellas contra los policías, en intensos choques que dejaron también 25 heridos, entre ellos 18 agentes.

Algunas de las protestas ocurrieron después de las oraciones semanales musulmanes del viernes en ciudades de varios países, desde Egipto hasta Pakistán, donde muchos clérigos en las mezquitas denunciaron en sus sermones la cinta.

Las protestas se propagaron después de ataques esta semana contra las embajadas norteamericanas en El Cairo y Saná, la capital de Yemen, y contra un consulado estadounidense en Libia, donde murieron el embajador y otros tres diplomáticos norteamericanos.

Después que las fuerzas de seguridad prefirieron inicialmente no reprimir a los manifestantes, los gobiernos de Yemen y Egipto hicieron esfuerzos el viernes para contenerlos.

En un aparente intento por reparar las relaciones tensas con Estados Unidos, el presidente islamista de Egipto, Mohamed Morsi, apareció en la televisión estatal e instó a los musulmanes a proteger las misiones diplomáticas extranjeras. Fue su paso más directo que haya hecho en público para contener las protestas.

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