Para soñar no se necesita visa

SUNNYVALE- Esa es la idea que ha sido presentada por una nueva empresa en California que quiere anclar un barco frente a la costa para albergar a empresarios extranjeros que sueñan con crear la próxima compañía exitosa, pero no tienen visas de trabajo en Estados Unidos.

Blueseed Co. dice que las actuales leyes de inmigración pueden hundir planes prometedores y dañar la innovación y la creación de empleos.

El barco busca ser un remedio al proveer a nuevos empresarios extranjeros un lugar para poner en marcha sus compañías en aguas a poca distancia del eje de alta tecnolología en California.

"Mucha gente dice que le gustaría ir al Silicon Valley, pero no tiene forma de hacerlo", dijo Max Marty, fundador y director ejecutivo de Blueseed.

A Marty, hijo de inmigrantes cubanos, se le ocurrió la idea del barco tras escuchar a condiscípulos extranjeros suyos en la Universidad de Miami que se lamentaban por tener que irse de Estados Unidos tras la graduación.

Los políticos han lidiando con el asunto, pero las gestiones para cambiar el sistema se han estancado.

En julio, el presidente Barack Obama dijo en una reunión pública a través de Twitter que quería asegurarse de que personas talentosas que estudian en Estados Unidos puedan quedarse para crear empleos.

"No queremos pagar para entrenarles aquí y que luego ofrezcan el beneficio a otros países", dijo Obama.

Una propuesta de ley para lidiar con el problema fue presentada de nuevo en el 2011 por los senadores demócratas Mark Udall y John Kerry y por el republicano Richard Lugar. La Ley de Visas para Nuevos Empresarios permitiría a empresarios inmigrantes y graduados extranjeros de universidades estadounidenses pedir una visa de dos años "a condición de que aseguren financiamiento de un inversionista estadounidense calificado y puedan demostrar la capacidad de crear empleos" en el país.

Pero los fundadores de Blueseed no esperan ninguna reforma real en un Congreso profundamente dividido en un año electoral.

"Nuestra solución es empresarial", dijo Dario Mutabdzija, presidente de Blueseed.

Desde cruceros turísticos hasta plataformas petroleras y portaaviones, hay numerosos ejemplos de gente viviendo y trabajando en barcos. El barco propuesto acomodaría a unas 1.000 personas y estaría anclado a unas cuantas millas al suroeste de la Bahía de San Francisco, en aguas internacionales.

Estaría registrado en un país con un sistema judicial reputado, quizás en las Bahamas o las Islas Marshall, dijo Mary. Los residentes estarían sujetos a las leyes de esa nación.

Los residentes visitarían tierra con visas temporales de negocios o de turistas, que son fáciles de conseguir, para reunirse con inversionistas, colaboradores, socios y otros. Mutabdzija dijo que la posibilidad de tener encuentros cara a cara no debe ser subestimada cuando se trata de ganar la confianza de inversionistas.

"Es cierto que vivimos en una era interconectada, con Skype y otros medios de videoconferencias. Pero si tú están tratando de construir una compañía, las interacciones personales son de vital importancia", dijo Mutabdzija. "Somos una compañía nueva. Nos hemos visto en esa situación. Alguna gente te dice que si no estás en un radio de 20 millas no se reúnen contigo".

La proximidad al Silicon Valley, ese eje de alta tecnología, es también importante.

"El talento, el dinero, la pericia y la aceptación cultural del riesgo. En otras partes, si no resulta, eres la oveja negra y se acaban los fondos", dijo Mutabdzija.

El barco sería un crucero remodelado o una barcaza, comprada o arrendada por Blueseed. Tendría todos los servicios tecnológicos que se esperan de un incubador de empresas y el ambiente de gigantes de la internet como Google y Facebook, famosos por sus instalaciones modernas, favorables a los empleados, con cafeterías gourmet, gimnasios y un diseño de mínimo impacto ambiental.

El respaldo logístico, incluyendo alimentos y otros suministros, provendría de negocios locales a lo largo de la costa, ayudando a las economías de Half Moon Bay y San Francisco, aunque no se ha determinado cuál puerto Blueseed usaría.

Un helicóptero estaría disponible para emergencias.

Hay quienes ridiculizan la idea, diciendo que se trata de un ardid publicitario, y dicen que sería mejor que los inversionistas contribuyesen a proyectos que ayuden a los estadounidenses a crear negocios.

"Yo diría que el asunto es una metáfora perfecta sobre cómo en el mundo corporativo estadounidense la práctica de crear talento e incubar empresas localmente está yéndose a la deriva, literalmente", dijo Bob Dane, de la Federación para La reforma de Inmigración en Estados Unidos, que aboga por límites a la inmigración.

Pero partidarios del espíritu empresarial extranjero dicen que algunos de los negocios más exitosos en el mundo son obra de inmigrantes y que si Estados Unidos no trata de atraerles, otros países lo harán.

"El barco podría parecer una idea loca, pero ilustra lo errado del sistema de inmigración en Estados Unidos", dijo John Feinblatt, que dirige Partnership for a New American Economy, una organización que propone una reforma de la inmigración que, entre otras cosas cree vías para la legalización de inmigrantes ya en el país.

El grupo publicó un informe en junio que dijo que el 40% de las compañías en la lista de Fortune 500 fueron fundadas por inmigrantes o sus hijos.

Feinblatt dijo que varios países, incluyendo Chile, Singapur y el Gran Bretaña, tienen programas para atraer a empresarios inmigrantes.

"Mientras que Estados Unidos está ahuyentando a inmigrantes, otros países les están atrayendo y recibiéndolos con los brazos abiertos", dijo. "Si uno los pierde, se pierde el talento, sus ideas y a la larga los empleos que crean y los impuestos que pagan".

Christopher S. Bentley, vocero del servicio de ciudadanía e inmigración, dijo que la agencia no ha visto la propuesta de Blueseed y que no podía comentar al respecto.

Expertos marítimos dicen que esa idea es factible, pero costosa.

"Un punto fijo de atracadero cuesta millones de dólares, pero pudiera restringir a una embarcación en casos de tormentas fuertes", dijo Bil Stewart, director ejecutivo de Stewart Technology Associates, una firma consultora ingenieril que se especializa en estructuras marinas.

"Pero sería prudente que el barco tuviese su propia propulsión", añadió.

La idea de Blueseed ha comenzado a cobrar fuerza.

El inversionista tecnológico Peter Thiel, uno de los fundadores de PayPal, anunció que encabezaría la búsqueda de fondos para Blueseed. Thiel ha sido un gran partidario de "seasteads" — ciudades autónomas en el océano — y tanto Marty como Mutabdzija trabajaron en el Seasteading Institute.

Blueseed quiere recaudar de 10 millones a 30 millones de dólares en los próximos 18 meses. El objetivo sería lanzar la empresa a finales del 2013.

Explora esta idea en: www.blueseed.co

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