A juicio por sacarla del hospital

CENTRO DE REDACCION - Cuando el país sigue con atención el caso de Emily, una niña de 11 años que tiene leucemia en Arizona y los padres la retiraron del Phoenix Children Hospital a otro centro asistencial en México de manera clandestina, surge otro caso en Pensilvania donde una bebé prematura es sacada del centro asistencial por sus padres, en contra de las órdenes médicas.

La Policía presentó cargos el miércoles contra los padres hispanos de una bebé enferma, por haberla sacado sin autorización de un hospital en Pensilvania.

April Saul, de 42 años, y Daniel Rivera, de 43, se llevaron a su hija del hospital Lehigh Valley en Allentown, pese a las órdenes en contra del doctor que la atendía, según documentos que obran en un tribunal.

Las autoridades dijeron que los padres fueron confrontados por el personal médico de la institución, a quienes insultaron.

La niña nació prematuramente en julio y permaneció en la unidad de cuidados intensivos neonatales del hospital hasta el 23 de octubre. Los padres la desconectaron de un equipo que vigilaba su respiración, temperatura y latidos. De acuerdo con los documentos, expresaron su intención de llevarla al Hospital Infantil de Filadelfia.

Los fiscales dijeron que la niña se encontraba todavía muy delicada como para que la sacaran del hospital.

"Cuando el personal médico censuraba el proceder (de los padres), Saul y Rivera gritaron y utilizaron palabras altisonantes en un área común de la unidad de cuidados intensivos neonatales", dijo una declaración policial juramentada.

"Personal de enfermería indicó en varias ocasiones a los padres que no retiraran a la niña de la unidad porque pondrían en peligro la salud de la menor", agregó.

"El médico a cargo también pidió a los padres que no retiraran a la bebé, pero los padres continuaron gritando, utilizaron palabras altisonantes e insistieron en que se marcharían de la unidad", agregó.

La pareja se retiró con la niña y fue detenida después por la Policía de Allentown.

Saul y Rivera, de Pottstown, fueron acusados el miércoles de poner en peligro el bienestar de un niño y de escandalizar en público, ambos delitos menores.

La pareja fue dejada en libertad después de que fuese beneficiada con una orden libertad bajo fianza de 10,000 dólares, pero sin necesidad de presentar garantía. Su audiencia preliminar se fijó para el 14 de diciembre.

La pareja no tenía un número telefónico disponible al que pudiera llamársele para que opinara sobre el particular.

El hospital declinó hacer declaraciones el miércoles y sólo se concretó a mencionar la presentación de los cargos penales.

En un comunicado emitido a finales de octubre, el hospital dijo que por la ley estatal quedaba obligado a denunciar a los padres ante las autoridades civiles cuando éstos ignoraron las recomendaciones médicas y retiraron a su hija que estaba "inestable médicamente". La ley estatal prevé una guía para la custodia médica.

Los fiscales dijeron que el Hospital Lehigh Valley había concertado la transferencia de la bebé al Hospital Infantil de Filadelfia, donde permanece.

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