Denuncian abusos de la Patrulla Fronteriza

Denuncian abusos de la Patrulla Fronteriza

ALBUQUERQUE, Nuevo México - Agentes de la Patrulla Fronteriza han incurrido en discriminación racial y tácticas de intimidación en la frontera de Nuevo México con México, de acuerdo con un informe de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU).

El Centro Regional para los Derechos Fronterizos, perteneciente a la representación de la ACLU en Nuevo México, difundió el jueves su informe intitulado "Culpable hasta que demuestre su inocencia".

El documento menciona detenciones y registros injustificados de vehículos, intimidación, encasillamiento racial y otros abusos por parte de los agentes de la Patrulla Fronteriza, según el diario Albuquerque Journal.

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La Patrulla Fronteriza, una división de la Policía de Aduanas y Protección Fronteriza, dijo que el encasillamiento racial contraviene su política, y señaló que la utilización de retenes es un instrumento policial para interceptar traficantes que intenten traer personas, drogas u otros materiales de contrabando a Estados Unidos.

Según el informe, ciudadanos estadounidenses presentaron el año pasado ante la ACLU 50 denuncias de abusos por parte de agentes y oficiales fronterizos.

Personas con residencia legal permanente o inmigrantes autorizados presentaron otras seis denuncias. La mayoría de los presuntos abusos ocurrieron en retenes alejados de la frontera o durante patrullajes itinerantes en Estados Unidos, según el documento.

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El portavoz de la Patrulla Fronteriza, Ramiro Cordero, dijo que los agentes fronterizos detienen a millones de personas cada año en sus retenes en Nuevo México, y que en ocasiones encuentran drogas, así como inmigrantes que se encuentran sin permiso en el país.

Sin embargo, la ACLU afirma que la Patrulla Fronteriza actúa con escasa supervisión significativa y no rinde cuentas.

El informe presenta un panorama que persiste en una franja de 100 millas en el sur de Nuevo México, donde una mayoría de familias se consideran hispanas o latinas, y más o menos la mitad hablan un idioma que no es inglés.

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Los estadounidenses de Nuevo México que viven en la zona enfrentan puestos de control en los que los agentes fronterizos detienen a todos los vehículos, preguntan a los viajeros si tienen ciudadanía estadounidense o cuál es su condición migratoria, y ocasionalmente registran los automotores para ver si transportan drogas o inmigrantes no autorizados.

"Estas personas consideran que se les trata distinto por su apariencia en el sur de Nuevo México", declaró Brian Erickson, abogado en políticas en el Centro Regional para los Derechos Fronterizos de la ACLU en Nuevo México.

El vocero de la Policía de Aduanas y Protección Fronteriza, Roger Meier, dijo que ese organismo procura actuar con profesionalismo en todas sus interacciones con la población.  

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