Asesinato de mujeres conmociona a Francia

PARIS - La ejecución de tres activistas vinculadas al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), muertas a tiros en un centro cultural de París, suscitó este jueves gran conmoción entre esta comunidad en Francia y muchas preguntas sobre un acto probablemente vinculado al reciente diálogo con el Gobierno turco. Las tres asesinadas son Sakine Cansiz, miembro fundador del PKK; Didan Dogan, representante en Francia del Congreso Nacional del Kurdistán y trabajadora del Centro de Información del Kurdistán de París, donde se perpetró el crimen; y Leyla Soylemez, presentada como una joven activista. Sus cadáveres fueron encontrados de madrugada, con disparos en la cabeza, en el interior del edificio de la calle Lafayette que alberga ese organismo, formalmente de carácter cultural, aunque directamente relacionado con el PKK. La policía sospecha que los asesinatos, cometidos con armas automáticas, pudieron producirse ayer por la tarde, cuando se sabe que las tres debían encontrarse en las oficinas. No se han encontrado signos de que las puertas fueran forzadas. El ministro francés de Interior, Manuel Valls, se desplazó al lugar de los hechos a primera hora de la mañana y dijo a la prensa que las tres mujeres habían sido "sin duda ejecutadas", y que era "un hecho grave, totalmente inaceptable". Valls no quiso entrar a especular sobre lo que podía haber detrás porque "la investigación no ha hecho más que empezar para aclarar este hecho insoportable", pero insistió en la "determinación de las autoridades francesas" a aclarar todo. La investigación se ha encargado a la Subdirección Antiterrorista de la Policía Judicial (SDAT) y a la Brigada Anticriminalidad (BAC), que trabajarán bajo la dirección de la Fiscalía antiterrorista del Tribunal de París. Según una persona próxima a las asesinadas citada por la emisora "France Info", dos de ellas eran vigiladas por los servicios secretos franceses por sus actividades políticas. Antes de que llegara el ministro francés al Centro de Información del Kurdistán ya se habían concentrado en la calle unos doscientos kurdos, contenidos por un importante despliegue policial, que llevaban, entre otras, banderolas con el rostro del líder del PKK, Abdullah Öcalan, encarcelado en Turquía. Los manifestantes gritaban consignas como "¡Revancha!", "¡Todos somos PKK!" y algunos incluso acusaban del crimen a Turquía, y a Francia de complicidad. En esa línea, el responsable de la Federación de Asociaciones del Kurdistán en Francia, Leon Edart, dijo a Efe que "es una ejecución de Turquía (...) nuestro único enemigo", y lamentó que este suceso hubiera ocurrido "en un momento en que hablamos de paz". El presidente del Instituto Kurdo de París, Kendel Nezal, dijo que "seguro que es un asesinato político" y que "probablemente está en relación con el diálogo" entre las autoridades turcas y Öcalan, pero en unas declaraciones a "France Info" se mostró menos taxativo sobre la autoría. Nezal se limitó a especular sobre la posibilidad de que se trate de una acción de extremistas porque "en uno y otro lado hay gente que se opone a esa evolución de las cosas". Una alusión al principio de acuerdo sobre el fin de las hostilidades al que, según algunas filtraciones, han llegado el Gobierno turco y el líder histórico del PKK. El traslado de los cadáveres de las tres mujeres poco antes del mediodía generó una gran emoción entre los kurdos concentrados allí, que luego iniciaron una manifestación por las calles adyacentes. La comunidad kurda en Francia está compuesta por entre 150.000 y 200.000 personas.

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