Rehenes a un paso de la libertad

VILLAVICENCIO, Colombia - La ex senadora Piedad Córdoba partió el lunes en un helicóptero de Brasil con la insignia de la Cruz Roja en busca del primer grupo de 10 uniformados que, tras más de una década de cautiverio, serán liberados por las FARC.

Tras un retraso de casi dos horas debido a un intenso aguacero, la nave con Córdoba, otra activista y dos delegados del Comité Internacional de la Cruz Roja despegó a las 10.30 (1530GMT) desde el aeropuerto de Villavicencio, capital del departamento de Meta, a unos 75 kilómetros de Bogotá, y donde ya en el pasado han llegado desde la selva rehenes entregados por las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Hasta ahora se desconoce quiénes o cuántos serán los integrantes de ese primer grupo de liberados, según dijo la ex senadora a periodistas en el aeropuerto.

Córdoba, vestida de pantalón negro, camiseta blanca y su tradicional turbante, dijo que como en pasadas liberaciones, esperaba regresar al aeropuerto de Villavicencio aproximadamente a las 14.00 (1900GMT). Antes de despegar hizo la señal de que todo estaba bien levantando el pulgar de la mano derecha.

El domingo por la noche Córdoba dijo que las coordenadas del sitio exacto donde será entregado el primer grupo ya estaban en su poder.

Por su parte, el general José Pérez, jefe del estado mayor conjunto de las fuerzas militares, ratificó ante reporteros en Bogotá que las operaciones militares fueron suspendidas el domingo a las 6 de la tarde en un cese de operativos que se extenderá hasta el miércoles, también a las 6 de la tarde.

Córdoba ha dicho que el segundo grupo de uniformados retenidos --en total seis policías y cuatro militares-- será liberado el miércoles.

A Griselda Medina, de 65 años, esa incertidumbre sobre quiénes quedarán libres en la jornada y quiénes el miércoles no le molesta, porque ha esperado más de 10 años por el retorno de su hijo.

"No importa que sea hoy o el miércoles porque si se espera una eternidad otro día es lo de menos", dijo en diálogo telefónico con The Associated Press la del intendente de la policía Wilson Rojas Medina, de 42 años, en cautiverio desde julio de 1999.

Las FARC sólo han informado sobre esos últimos 10 uniformados retenidos y no ha dado cuenta de cuántos civiles aún mantienen en su poder a cambio del pago de rescate. En febrero los rebeldes anunciaron que terminarían con la práctica de los secuestros extorsivos.

Temprano Córdoba dijo a los reporteros en Villavicencio que una vez concluida la entrega y liberación de los 10 uniformados culminará su labor porque para los secuestros extorsivos, como hay dinero de por medio, no quiere como activista involucrarse.

Sólo dijo que a nombre del grupo de activistas que encabeza --llamado Colombianas y Colombianos por la Paz-- enviaría nuevas cartas públicas a las FARC para que ese grupo diga exactamente cuántos civiles y quiénes siguen en poder.

Pero lo que "sí queremos es ayudar a que realmente se sepa cómo y de qué manera esta derogatoria (de no secuestrar)... se pone en funcionamiento", dijo la ex congresista.

Agregó que "la declaración de las FARC de la dejación de la retención o del secuestro de personas con fines extorsivos, es un tema que interesa muchísimo al país, nosotros vamos a trabajar para... (saber) cuántas personas están en poder de las FARC", dijo Córdoba.

La ex senadora, a quien las FARC han entregado 20 secuestrados desde enero de 2008, reiteró la complejidad del tema del secuestro y las cifras sobre personas víctimas de ese delito porque algunos casos no son secuestros, sino retenciones de pocos días y otros son obra de otros grupos ilegales.

Aunque ni Pérez ni la ex senadora han dado detalles de la zona exacta en que se produce ese cese de operaciones --información que se mantiene bajo reserva por razones de seguridad-- generalmente se dan en un área del sur del país, que puede ser Meta o el vecino departamento de Guaviare.

Esa suspensión de operativos se da cuando rebeldes y la fuerza pública han mantenido tanto en Meta como en Arauca, en la frontera con Venezuela, acciones que han dejado al menos 11 militares muertos en un ataque rebelde a mediados de marzo en Arauca y más de 60 rebeldes fallecidos en dos distintos bombardeos de la fuerza aérea a fines del mes pasado, uno en Arauca y otro en Meta.

El uso de dos helicópteros y sus respectivas tripulaciones con 18 miembros de la fuerza aérea de Brasil para buscar a los liberados --modelo Super Cougar, uno que viaja a la selva y otro que queda en el aeropuerto en caso de cualquier emergencia-- y el cese de operativos militares son parte de las condiciones de seguridad que demandan las FARC para las liberaciones.

El uso de naves de otro país se convirtió en una exigencia desde que en julio de 2008, 15 rehenes en manos de las FARC fueron rescatados en un operativo de miembros del ejército que se hicieron pasar por una misión humanitaria internacional.

Las FARC anunciaron en diciembre y en febrero que liberarían a esos policías y militares como un gesto de reconocimiento al trabajo de Córdoba y otras mujeres activistas en favor de la paz.

Entre esas mujeres está la guatemalteca ganadora del Premio Nobel de la Paz en 1992, Rigoberta Menchú, quien llegó el domingo a Villavicencio.

"Entiendo que esta liberación se da en una medida unilateral de las FARC", dijo Menchú. Ahora "le toca al gobierno la otra parte... queremos ver esa voluntad política" por parte de las autoridades, agregó.

El presidente Juan Manuel Santos ha dicho en reiteradas ocasiones que da la bienvenida a esas liberaciones, que espera que no se produzcan más secuestros y que las FARC cesen los ataques armados para entonces poder considerar el inicio de eventuales diálogos de paz.

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