El extraño arte del tatuaje

Hoy en día es normal que -si te fijas atentamente, durante una reunión con amigos- descubras que casi todos tienen un tatuaje. Pueden ser pequeñitos en un tobillo o enormes en la espalda. El hecho es que los tatuajes pasaron de ser un arte propio de marineros y prostitutas a un estilo artístico que se refinó hasta el extremo.

Otzi, una momia del neolítico, que se encontró congelada en lo Alpes austríacos tenía 57 tatuajes en su cuerpo. Son muchas las culturas ancestrales para las que el tatuaje tenía un valor espiritual y de clan. Los marineros que recorrían el mundo fueron los primeros en entrar en contacto con estas prácticas y en difundirlas por el mundo entero. En los 60´s fueron las estrellas de rock los que lo hicieron masivo. Hoy los tatuajes perdieron su status de “tabú” social y son aceptados sin discusión.

Un arte por donde se lo mire

Nadie se puede animar a ver el mundo del tatuaje como un arte menor. Los conocimientos técnicos necesarios para convertirse en tatuador son enormes. No solo se debe dominar el arte de la ilustración, el retrato y el color. Para colmo hay que aplicarlos sobre un tejido vivo -¡Que sangra!- y donde no hay posibilidad de error. Una línea mal aplicada, un error ortográfico o un dibujo malo durarán para toda una vida.

Los tatuadores suelen aprender de la mano de sus maestros en los talleres. Es un arte que requiere conocer muchos trucos, sombras, líneas, máquinas. Además es imprescindible que el tatuador siga estrictas medidas de higiene y prevención. Es un trabajo en el que están en constante contacto con sangre. El gran peligro es el contagio del Sida o de la Hepatitis B.

La “Vieja escuela” y la “Nueva escuela”

En el mundo del tatuaje se conoce como la “Vieja escuela” a las técnicas de líneas simples, pocos colores y sombras. Con diseños acotados y que por lo general incluyen: estrellas, golondrinas, temáticas marinas, pin ups, corazones, palabras. Este estilo tiene un aire vintage y recuerda a los orígenes del tattoo en cárceles, prostíbulos y barcos.

La nueva escuela por su parte está influida por la ilustración japonesa y está mucho más volcada al color y al diseño lleno de fantasía. La línea no siempre es tan definida y a veces es más artística y desdibujada. Los diseños incluyen paisajes oníricos, biomecánica, temática tecnología o retratos de personas o animales.

Los ilustradores que quieren aprender este arte pueden encontrar algunas academias (contadas con los dedos de la mano) o dirigirse a una tienda de tatuajes respetable, donde por lo general suelen dar cursos. Para ser un tatuador certificado, en algunos países, es necesario hacer un curso de las cuestiones relacionadas con la higiene. Pero sobre todo lo que tiene que tener el artista es mucha paciencia y un lienzo humano tranquilo que no se mueva.

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