Los fans le dan las espalda a A-Rod

NUEVA YORK - El tercera base de origen dominicano, Alex Rodriguez, conectó un sencillo al jardín izquierdo en su primer turno al bate de la temporada, horas después de que se le impuso una suspensión de 211 partidos, la más larga en la historia del béisbol profesional y del deporte estadounidense.

Rodríguez, que generó pasiones encontradas entre los más de 27,000 espectadores que fueron a presenciar el partido al U.S. Cellular Field, de Chicago, se enfrió, tuvo de 4-1, y no pudo evitar que los Yanquis perdiesen por paliza de 8-1 ante los Medias Blancas, que dejaron atrás una racha de 10 derrotas consecutivas.

En la jornada, las Grandes Ligas impusieron a Rodríguez una suspensión que abarcaría la temporada de 2014, por sus vínculos con el caso de la clínica Biogenesis, acusada de distribuir sustancias dopantes.

Rodríguez ha negado su implicación y no admite haber sido elegido por el comisionado de las Grandes Ligas, Bud Selig, como el pelotero con el que dar ejemplo en la lucha contra el dopaje dentro del béisbol profesional, de ahí que decidiese apelar la suspensión, a diferencia de los otros 13 peloteros que también han sido suspendidos, pero con 65 partidos para uno y 50 para el resto.

Sin duda, esa fue la noticia de un día en que Yanquis tuvieron que enviar al veterano campocorto Derek Jeter a la lista de los lesionados de 15 días por un tirón en la pantorrilla derecha.

Ya en el juego, el bateo de los Medias Blancas no tuvieron consideración con el lanzador zurdo, el abridor Andy Pettitte (7-9), que cargó con la derrota.

El jardinero boricua Alex Ríos, que se fue de 4-2, remolcó cuatro carreras, el cubano Alexei Ramírez añadió cuatro imparables y el abridor colombiano José Quintana (6-3) hizo una gran labor en el montículo durante las siete entradas que estuvo en el montículo por los Medias Blancas.

Pero el personaje principal y al que los fanáticos de los Medias Blancas querían enfrentar era a Rodríguez, el veterano pelotero, que reapareció dispuesto a desafiar el castigo dictado por las mayores.

A sus 38 años y luego de someterse a una cirugía de cadera izquierda el pasado enero, A-Rod dijo en rueda de prensa previa al partido que está luchando por su vida y llegará hasta las últimas consecuencias, algo que puede perjudicar todavía más a la ya "dudosa" imagen que afecta al béisbol por culpa del dopaje.

Rodríguez fue recibido por abucheos, como los que le suelen dirigir en muchos partidos a los equipos visitantes, pero esta vez, se ampliaron por la sanción anunciada horas antes.

Los fanáticos que llegaron al U.S. Cellular Field se mostraron hostiles con el pelotero, tres veces nombrado el Jugador Más Valioso (MVP), incluso durante los calentamientos y cuando se le presentó en la pantalla de vídeo.

En la segunda entrada, al llegar al plato A-Rod para su primer turno al bate en la temporada, la muestra de rechazo fue ensordecedora.

Rodríguez bateó un sencillo al tercer lanzamiento, enviando la pelota al jardín izquierdo. Se colocó en la antesala sin "outs", gracias a un doblete de Vernon Wells, pero se quedó ahí y no pudo anotar.

En su segundo y tercer turno, Rodríguez fue retirado mediante elevados y en el juego defensivo como tercera base capturó algunos roletazos, y fue abucheado cada vez que llegó al plato o que tocó siquiera la pelota.

"¡Esteroides, esteroides!", gritaron los fanáticos de los Medias Blancas mientras Rodríguez se ponchaba en el octavo episodio.

"Es entendible la reacción de los aficionados de los Medias Blancas, pero siempre me he sentido muy a gusto cuando he jugado en Chicago", comentó Rodríguez al concluir el partido.

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